jueves, 16 de diciembre de 2010

Peso por peso y no bala por bala

Contrariamente a lo que venía buscando el grupo de políticos duros y reaccionarios de la oposición, el conflicto del basural de Villa Soldati, no se definió con un desalojo a los tiros y una batalla campal, que hubiera arrojado, quizás, más muertes de las que ya acaecieron.
Es que primó la política por sobre la antipolítica; la razonabilidad por sobre los prejuicios; la legalidad por sobre la prepotencia. Y esto fue así, no gracias a la (indi) gestión del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quién jamás intentó acercar una propuesta que no contemplara el desalojo metiendo palos y balas. Sin embargo el desalojo se produjo en forma voluntaria y pacífica por los propios ocupantes del basural, quiénes aceptaron el acuerdo que lograron los gobiernos de la ciudad y de la nación. En el acuerdo se dejó en claro que la ocupación de predios, no generará derecho alguno. El derecho a tener vivienda (derecho constitucional recordemos), lo dará la prioridad de los que más necesitan dichas viviendas.
Cuándo Macri y Duhalde apostaban a la represión feroz, al estallido social y al desmadre institucional, como único recurso de posicionarse ante las próximas elecciones, los primereó la política. La política que se embarra los zapatos y se arremanga para solucionar los problemas que se van sucediendo (algunos creados por delincuentes devenidos en "actores políticos"). 
No pudieron. No fue bala por bala. Perdieron otra vez. Fue peso por peso: por cada peso que la ciudad invierta en viviendas, la nación invertirá otro peso. Era simple, pero intentaron hacerlo complejo. Se llevaron puestos a 4 seres humanos. Eso no les importó. Eran pobres. Números en una estadística. No eran "ciudadanos ilustres", "gente como uno". Claro "pertenecer tiene sus privilegios" y los muertos no pertenecían. Solamente, eran. Eran seres humanos con familia, amigos y esperanzas. Pero cometieron el peor de los pecado para la visión neoliberal de la historia: eran pobres. tanto tienes, tanto eres. Y ellos no tenían nada.
Muchos hablaron éstos días de la xenofobia. Prefiero hablar de la "pauperobofia" si se me permite el neologismo. Algunos políticos y muchos ciudadanos de éste país, le tienen fobia a los pobres, a los más desposeídos. Temen verse en ese espejo. Porque su visión de la historia y de la sociedad es tener y no ser.
Otra vez y a pesar de sus implacables esfuerzos, Duhalde, Macri y tantos otros no pudieron. 
Macri había prometido y presuspuestado 1.000 viviendas para 2010 y sólo construyó 80. Entonces, ¿el problema es de xenofobia, de ocupación inapropiada o de incumplimiento del presupuesto, y de la palabra empeñada? El conflictó se generó por algo tan básico como es el acceso a una vivienda digna (Art. 14 bis de la Constitució Nacional). pero como es tan básico, en la "París Sudamericana" no le prestaron atención y cuándo, después de fogonearlo con punteros duhaldistas no pudieron acrecentarlo, debido al cerco de Gendarmería y Prefectura enviado por el gobierno nacional, tuvieron que aceptar el "peso por peso" y no el "bala por bala".
Para los que son creyentes, que Dios nos ampare de sujetos como Macri y Duhalde; para los que no lo son, estén atentos y no retrocedan antes las luces que encandilan desde lo alto de los shoppings.


Gustavo N. Fernández

viernes, 10 de diciembre de 2010

Pobres contra pobres y daños colaterales"

"La batalla de los pobres" como algunos ya se han atrevido a bautizar, a los episodios que están acaeciendo en el Parque Indoamericano de Villa Soldati, ha puesto de manifiesto algunas cuestiones que se querían tapar, oscurecer, diluir.
La primera, lo exacervado del nacionalismo de algunos dirigentes políticos, que se olvidan que sus apellidos (en algunos casos portación de apellidos) descubren su claro origen inmigrante. Pero claro: no es lo mismo ser nieto de un italiano o español o francés, que tener que "convivir", tener que "soportar" a un paraguayo, boliviano o peruano, por caso.
Sin embargo en épocas de crisis neoliberales, muchos de los que hoy profetizan la pureza argentina, tomaban para realizar labores hogareñas a, paraguayas, bolivianas, peruanas. Alguna vez un colega abogado me dijo, "¿ sabés cómo solucioné el problema de falta de tiempo de mi mujer para ir al gimnasio y que los chicos no se queden solos ? - No- le respondí.  -"Muy simple, me pasaron el dato de una paraguayita de 17 años, es muy correcta y  muy limpita y cómo tiene 6 hermanos menores sabe cuidar chicos" - Ah, bueno y cuánto te costó darle de alta como personal del servicio doméstico?- Pregunté.-  Su mirada cambió de asombro a ternura y estalló en una estrepitosa carcajada. Apoyándome su mano derecha en mi hombro izquierdo, y como quién le da un consejo a su hijo, me dijo: " Gustavo... Gustavo... vos sos tan legalista. de qué inscripción me hablás?. Si la piba no acepta los 240 pesos que le ofrezco por estar de lunes a sábados en casa, de 7 a 21 hs. que se vaya...! Qué joder, sabés cuántas "bolitas" y "paraguas" están esperando su laburo? " Y cuándo ya no esperaba un discurso más representativo del neoliberalismo (y mas canalla), Me disparó sin avisar:  "No escuchaste hablar a Bush de los daños colaterales, bueno el trabajo barato y en negro tiene daños colaterales: se nos llena el país de bolitas y paraguas y peruanos y hasta yoruguas, aunque claro, tienen otro nivel, no podemos meter a todos en la misma bolsa".
No daré el apellido del colega, no viene al caso, lo que sí daré es su "linaje argentino puro". Hijo de argentina e italiano, nieto de italianos, franceses y portugueses.
Lo que está pasando en Villa Soldati es tremendo por las muertes. Es preocupante porque en 45 días se han desatado en el país extraños estallidos de violencia que brotan como agua de manantial, pero dejan gotas de sangre en el camino. Pero además, es esclarecedor: nos sirve como sociedad para ponernos a pensar quién es más gente, mejor persona o más "culto". El piel blanca? El piel morena? El nacido y criado en...? El que vino "a laburar" ? Quién es más que quién???.
El que esté libre de pecados que arroje la primera piedra.
Gustavo N. Fernández.-

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Vanguardias esclarecidas, sectarias y excluyentes




Diario EL VIGÍA- 08/12/10) - Durante décadas, la izquierda debatió sobre el rol de las "vanguardias". Y las posturas fueron siempre encontradas. Mientras algunos sostenían, y sostienen, que hay mentes esclarecidas que echan luz sobre lo que los Pueblos no asimilan con facilidad de los procesos históricos, otros pensamos que en verdad toda etapa histórica precisa de una conducción férrea, y dichas vanguardias iluminadas son sólo ferias de vanidades que se tientan fácilmente con las luces de las ideas comunes, los aplausos de los fanáticos y su tendencia a considerar sus opiniones más valiosas que las del resto de los mortales.
Los argentinos debemos ser concientes de que, si bien existe una aceptación cercana al 45 por ciento respecto de la intención de voto al oficialismo, hay un 55 o un 60 por ciento de connacionales que, por distintos motivos, no se expresan en favor de Cristina Fernández.
Muchos de ellos, por motivos inconfesables pero evidentes: defienden intereses corporativos y albergan en sus almas una nostalgia por la época neoliberal que les permitió gozar de privilegios, mientras los trabajadores pagaban la fiesta para pocos. Pero no podemos pecar de necedad, desconociendo que la mayoría de los que aún no se pronunciaron abiertamente en favor del modelo sudamericano de fuerte participación del Estado con inclusión social, lo hacen por motivos varios.
En algunos casos, se trata de jóvenes que provienen de familias medularmente antiperonistas, que quieren un sistema democrático transversal como el iniciado en 2003, pero sin la injerencia de los aparatos partidarios mayoritarios. Y, si bien coinciden con las medidas del actual gobierno popular, no encuentran argumentos sólidos para comprender la convivencia de militantes sociales y políticos verdaderamente progresistas, con otros que "les hacen ruido" por sus pasados cercanos al menemismo o al aparato del PJ. Si para los peronistas es difícil explicar la heterogeneidad del movimiento, máxime para jóvenes que recuperaron sus sueños y ganas de participar durante los últimos años "¿Cómo explico en casa que apoyo a ciertos dirigentes?", se deben preguntar esos jóvenes.
Pero, como desde EL VIGÍA creemos que la mejor manera de cuidar a un gobierno popular es llamando la atención sobre las posiciones contradictorias, sectarias y excluyentes, nos parece un acto de honestidad intelectual y compromiso, además de sentirnos con derecho de hacerlo, señalar algunas de ellas.
Las actitudes políticas y los gestos discursivos deben adaptarse a cada etapa evolutiva del modelo. Argentina no es el mismo país que en 2003. Pero desde la muerte de Néstor Kirchner, es harto evidente que el escenario también se modificó.
La Ley de Medios, por la que innumerable cantidad de argentinos luchamos y comprometimos nuestros prestigio, firma y cuerpo, tenía y tiene como consigna central, acabar con el discurso único de los grupos hegemónicos y lograr, de una vez por todas, que la agenda de la vida social de los argentinos no sea diseñada desde las mismas oficinas y por los mismos personeros de la entrega y el cipayaje.
El espíritu de la Ley de Medios, entonces, es un claro mensaje antivanguardista que propone una comunicación horizontal, donde la voz de cada argentino vale exactamente lo mismo que la de su compatriota. La única manera de vencer al discurso único del privilegio, es diversificando las opiniones y no temiendo al debate.
Desde EL VIGÍA, estamos notando y queremos llamar la atención, sobre ciertas posiciones sectarias y soberbias desde el discurso, que despiertan fanatismos, altamente contraproducentes a nuestro juicio con el modelo de integración regional que vivimos. En pocas palabras, estamos haciendo desde la comunicación libre, lo mismo que criticamos del monopolio.
Formamos parte voluntaria, y con honor, de la Red Militante de Comunicación, pues consideramos que son épocas de definiciones, ya que el sistema democrático sudamericano -en cada país con su impronta social- por primera vez en la historia decidió no someterse a los poderes económicos, y eso provoca una pugna permanente de intereses que nos obliga a definirnos. Pero no luchamos para cambiar de collar, sino para dejar de ladrar lo que Magnetto y sus cómplices ordenaban hasta el advenimiento de una nueva sociedad signada, repetimos, por una juventud con contenido y espíritu crítico.
Se avecina un año electoral. El escenario no es el mismo que en la época del debate por la 125. Cada comunicador social debe replantearse diariamente si los mensajes que elije transmitir son útiles para la construcción de una sociedad libre, mejor y feliz.
El primer paso, es el de no hacer lo que criticamos: pretender ser vanguardia y monopolizar de algún modo el discurso, enarbolando banderas auto referenciales y cargadas de soberbia, que pueden ser útiles para una feria de vanidades, pero no para multiplicar. Y justamente, esa es al tarea: multiplicar.
Los medios de comunicación, periodistas, intelectuales, gente del arte y la cultura, sólo somos una herramienta más en la construcción. Es hora de que empecemos a mostrar y hacer escuchar las voces de los vecinos de Villa Tranquila, Villa Itatí en Quilmes o de la Villa 31, contándonos de qué manera impactó en la escolaridad y la vida cotidiana de sus hijos la Asignación Universal por Hijo, por ejemplo. Ese mensaje, posee un valor mucho más relevante que la opinión esclarecida de cualquier columnista ¿O esperamos ver esos informes en TN?
Es hora de mostrar la función social admirable que cumplen las cooperativas de trabajo, generando no sólo puestos de empleo, sino enarbolando la bandera de la solidaridad para construir, en contraposición con el individualismo neoliberal, que aún posee sus personeros. Y no son pocos. Individualismo que aún penetra, además, inconcientemente en almas nobles y bien intencionadas.
Días atrás, quien firma este artículo caminaba por una calle de un barrio marginal de Avellaneda un sábado por la tarde, y se encontró con tres niños haciendo su tarea escolar sentados en el cordón de la vereda, cada uno con su Netbook. No saqué la foto. No lo publicamos. Estamos en falta y arrepentidos. Pero lo haremos muy pronto. Aprendimos la lección del error cometido ejerciendo la autocrítica que otros parecen eludir ¿Notó Usted -querido lector- que lo único auto referencial de este artículo fue esta autocrítica, además de la honestidad intelectual de decirle nuestra posición sin ocultarnos detrás de manipuladoras e inexistentes "objetividades"?
La Ley de Medios se propone mostrar lo que los monopolios ocultan. Y es tan o más tóxica la información que se oculta por mezquindad o malevolencia, que la que se muestra con intencionalidad política. Sin importar de qué lado del mostrador se produzca el ocultamiento.
Sin ser darwinianos ni dogmáticos, creemos en al evolución del hombre. Pero, por sobre todas las cosas, creemos en la evolución de la historia. Y en épocas de tanta vertiginosidad, lo que ayer fue extremadamente útil, hoy puede resultar obsoleto. Y hasta contraproducente. Y nos parece que la mejor ayuda de un amigo no es la palmada obsecuente sino la crítica útil.
Ante la ausencia casi absoluta de ideas en la lamentable, egoísta y mezquina oposición que le toca padecer a nuestro país, debemos alentar la generación de debates de ideas y explicar, sobre todo a esos jóvenes indecisos que tanto valoramos, qué clase de país estamos construyendo, qué continente queremos y qué tipo de semilla estamos sembrando para que ellos cosechen a su turno.
No existe nada mas bello y enriquecedor que soñar, generar ideas y compartirlas ¿Por qué entonces nos empecinamos en repetir una y otra vez el mismo mensaje, aburriendo a quien lo que busca son argumentos y mística? Los medios de comunicación son discapacitados cuando no entretienen. Leer un diario, ver televisión y escuchar radio o navegar por Internet, son también actos de búsqueda de entretenimiento. Cargar de contenido al entretenimiento es el gran desafío de un periodismo que se está reinventando.
A los políticos tradicionales que adhieren al modelo por conveniencia, no les sobran espacios de poder y, algunos de ellos, se están encerrando en sus miserias y mezquindades. Miran más sus ombligos y posibilidades de acomodamiento interno que el contexto histórico que les exige un compromiso nuevo y una formación ideológica más refinada. Incluso hasta vemos a muchos de ellos desfilando más ante las cámaras del monopolio que en la TV Pública, convalidando la presunta ecuanimidad del discurso único. Lo que en realidad nos importa es que los grupos hegemónicos aún poseen el 86% de las licencias, y en todo el continente están asociados para destruir gobiernos populares, sueños juveniles y conquistas sociales.
Los minutos de TV por aire no nos sobran. Y nos parece anacrónico, sólo por citar un ejemplo, que las palabras de Lula ante Cristina Fernández elogiando a Néstor Kirchner hayan sido ocultas por los medios hegemónicos, y mostradas sólo una vez por programas que resultaron tan útiles para esclarecer a la sociedad sobre los mecanismos de la mentira y el ocultamiento. Mientras tanto, la opinión de una actriz que recién despertó y comprendió el fenómeno social que vivimos en Sudamérica, fue repetida cuatro veces en una semana.
Esos programas que sirven como contrapeso del discurso único del monopolio son imprescindibles. Nuestra intención es cuidarlos para que no sucumban ante el hastío de los televidentes. Porque, multiplicar es la tarea. Tratar de convencer a convencidos es ingenuo. Elaborar discursos agradables para los oídos de los que apoyan el modelo, nos parece sectario. Y la izquierda tiene una frondosa historia en esto de arruinar procesos históricos por cometer ese tipo de errores.
En definitiva, se multiplica reconvirtiéndose, aumentando la cantidad de medios zonales, haciendo escuchar todas las voces y recordando cada día las consignas convocantes de una Ley de Medios votada por una amplia mayoría de los representantes del Pueblo y combatida por las minorías del privilegio. Y generando contenidos atractivos para el público
Cristina Fernández de Kirchner dijo en Avellaneda: "cuidemos lo que hemos logrado...yo estoy de paso...pero el modelo debe perdurar". Y tanto Cristina cuanto Néstor, no dejaron en cada discurso de mencionar que "el modelo es de amor, y debe incluir a todos los argentinos". Es más; la actual Presidente de la Nación le dijo a un periodista de Clarín: "Soy capaz de dar la vida para que su empresa siga publicando las mismas mentiras de todos los días".
Puede llegar a ser más peligroso el fanático propio que el enemigo a cara descubierta. Los que superamos los 40, sabemos que nuestros padres y abuelos se aferraban a 4 o 5 verdades absolutas y estructuraban sus vidas en torno de ellas. Hoy, sabemos que existe una verdad relativa por cada argentino que habita nuestro suelo. Adaptarnos, es otra de las tareas imprescindibles.
Conocemos claramente quienes pretenden volver al pasado de injusticia social. Cada vez se les nota más y las máscaras siguen cayendo. Poseemos una Presidente que ante la adversidad, se fortalece. Tenemos todo por ganar y mucho por construir. Se avecina un año electoral. No dilapidemos otra oportunidad histórica. Esta vez no. 

 Por Dante López Foresi

lunes, 6 de diciembre de 2010

La educación cuestión de cuestiones

“¿Por qué se acaba todo? ¿Por qué no sirven las experiencias de los demás para conducir a un plan más alto, más acorde con la sociedad y con los hombres? ¿Resulta siempre peligroso abrirle los ojos a alguien para que se encuentre con la verdad?...”
¿Suena a utopía?, quizás si..pero  lo expresado anteriormente pertenece a Olga  Cossenttini, docente rosarina, que por 1935-1950, se atrevió a vivir una experiencia educativa maravillosa en una escuela pública, de un barrio obrero, cuyos alumnos  hoy, recuerdan como algo no solo inolvidable, sino como marcador en las pautas de sus vidas.
En esa época regia la Ley 1420 sancionada en 1884, que sin sufrir modificaciones importantes, condujo el destino educativo de nuestro país  hasta 1993. Mal síntoma para cualquier  país que quiera un futuro asegurado en la grandeza de sus habitantes, comprensible en el nuestro, cuyo destino principal fue marcado por dictaduras militares.
El año 1993 marca el comienzo de la peor  etapa que vivió nuestra educación en democracia. Se aprueba la Ley Federal  24.195. Nacida en cuna neoliberal, llevo los  valores, reglas y estrategias de la economía al terreno de la educación. El gobierno de Carlos Saúl Menem, acompañado por Eduardo Duhalde dejo al mercado el rol de organizador de la sociedad y la educación…en manos de nadie. El símbolo de rechazo más visible fue la creación frente al  Congreso Nacional  de la Carpa Blanca, que logró una fuerte adhesión popular.
La escuela se convirtió en un centro asistencial y sus maestros en asistentes sociales, encargados de  atender problemáticas familiares, documentación, drogadicción, viendo recortada la posibilidad de enseñar. Sumado a esto la mala preparación que se les brindaba, maestros  venidos a profesores sin capacidad adecuada. Coexistencia en una  misma provincia  de sistemas diferentes, primarización  de los primeros años del secundario, cierre de las diversas opciones de enseñanza técnica. Un sistema deficiente en un contexto de pobreza  alarmante. Aumento de matriculas de  chicos con aprendizajes fracasados, que quedaban en el sistema solo para satisfacer sus necesidades primarias, fue la llamada “escuela comedor”.
Hoy una nueva Ley de Educación Nacional, esta rigiendo al sistema. Reconociéndola  “como un bien público y un derecho personal  y  social garantizado por el Estado”, quien además “tiene la responsabilidad principal e indelegable  de proveer una educación integral permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad  en el ejercicio de este  derecho”.
Quizás sea muy pronto para poder juzgar sus primeros frutos, pero una educación basada en estos principios y con un buen presupuesto, no puede ser equivocada. Quedará ahora no solo velar por ella, sino comprobar que los actores del sistema educativo  cumplan con la calidad debida.
Como verdaderos periodistas debemos ejercer la docencia y usar como didáctica la memoria. Tener presente nos solo los hechos, sino los personajes que los llevaron a cabo y apuestan a ser nuevamente candidatos presidenciales. Abramos los ojos no dejemos que las mentiras y la basura puesta en escena por medios oligopolios con muchísima saña e intereses económicos, nos haga ver que el  camino  no es el correcto.

Graciela N Provenzano.

"La escuela de la señorita Olga" 1

"La escuela de la señorita Olga" 2

"La escuela de la señorita Olga" 3

"La escuela de la señorita Olga" 4

"La escuela de la señorita Olga" 5

Tres deseos no alcanzan

(Diario EL VIGÍA-06/12/10)) - Los años parecen pasar con la misma frecuencia que nuestros sueños inconclusos. No es casualidad aquello de “renovar los sueños” que se nos invita a hacer toda vez que llegan las fiestas navideñas.

Pero a no confundir: una cosa son los sueños y otra muy distinta las ambiciones, sobre todo las de consumo y poder. Pobres de aquellos que solo mal aprendieron que la felicidad y estatus son sinónimos. Miden el afecto en divisas. Y su realización personal en plazos fijos o inmuebles.

Quien así piensa, jamás llega a disfrutar –incluso- los bienes materiales conseguidos con esfuerzo. Y lo que es peor, llega a considerar que “el sueño” de ver crecer feliz a un hijo es lo mismo que “la ambición” de “poder” comprarle el MP3 o el I-Pod. La navidad es –de por sí- un episodio culturalmente contradictorio en esta parte del planeta. Confuso para los chicos. Y para nosotros también.

En la entrada de los paseos de compras (a los que denominamos “shoppings”) vemos a Papá Noel (a quien llamamos “Santa Claus”) vestido con ropas exageradamente abrigadas mientras la temperatura ambiente ronda los 40 grados. Eso ya es inexplicable para el mundo interno infantil ¿Y para el nuestro?

Lo que es peor es que los niños ven a sus padres entre decenas de otros padres y madres en jugueterías y casas de ropa “compitiendo” a ver “quien ama más a su hijo”. El mensaje que reciben los pibes es: “cuanto más gasto, más te amo”. Triste y patético en un adulto. Dramático en la formación valorativa de un niño.

Simultáneamente, comerciantes que cobran mucho más cara la ropa infantil (aunque su costo en materiales y diseño sea infinitamente menor que la de adultos) se aprovechan de esa cultura impuesta del afecto paterno mensurable en dinero. La misma cultura que hace morir de calor a Papá Noel. Y al llegar la medianoche, la verdad suele imponerse más en lo que se calla que en lo que se dice. En esos tres deseos que por tradición pedimos con los ojos bien cerrados.

Allí, padres e hijos y los dueños de varias generaciones se demostrarán a si mismos y hablándoles a sus conciencias si la escala de valores que construyeron es realmente la que “soñaban”. Proponemos cambiar la tradición, aunque más no sea un poquito así. Convengamos en enseñarles a los chicos que para que se cumplan los deseos hay que decirlos en voz alta y ante todos los comensales ¿De acuerdo?

En primer lugar, veremos cuantos adultos nos atreveremos a confesar los propios. Si los más chicos mencionan los suyos y los notamos demasiado consumistas, a no alarmarse tanto.

Recordémonos a nosotros mismos de pibes, y veremos colmados nuestros deseos de Tiki-Taka, pelotas número 5 y muñecas. Si algún chico pedía por la paz en el mundo, nuestros padres se preocupaban y nos mandaban a terapia. Ah no...en esa época los psicólogos no estaban de moda. Lamentablemente.

Pero si los que son consumistas son los deseos de los adultos, el replanteo deberá ser más profundo y la ceremonia navideña tendrá una utilidad real y concreta. Ahora sí, a terapia, pero los grandes.

Lo más deseable sería que abuelos, padres e hijos lleguemos a coincidir en los tres deseos más dignos: paz, pan y trabajo. Parece demagógico, pero representan sueños y valores realmente.

Podemos darnos permiso para agregar un cuarto sueño: Libertad ¿Y otro? Sabiduría. Ya que estamos ¿puede ser otro más? ¿Y otro? Si...todos los que quiera. Esta navidad rompamos el mito que nos limita a tres deseos. A tres sueños solamente.

Pidamos todos los deseos que se nos antojen y llenemos este comienzo de año de sueños (no de ambiciones). Sabemos que estamos en el camino correcto.

En definitiva, seamos felices...que tenemos derecho.



Dante López Foresi